Esta historia comienza a fines del siglo XIX, cuando el Gobierno de Chile genera la ley de inmigración selectiva (1879) por medio de la cual el gobierno entregaría tierras colonos europeos o norteamericanos que se asentaran a vivir en ellas, para ello el gobierno de Chile buscaba empresas privadas para colonizar.
A principios del siglo XX un periodista sicialiano, Salvatore Nicosia andaba por Chile proveniente de Brasil, donde había negociado con los Gobiernos de Italia y Brasil para llevar colonos italianos a la zona del Paraná, pero todo eso terminó en un desastre, los colonos se devolvieron a Italia y Salvatore Nicosia, despechado del Gobierno de Italia buscaba nuevos rumbos, así llegó a Chile donde podía repetir su proyecto. Chile buscaba crear empresas colonizadoras y Salvatore tenía el conocimiento y la práctica, sin embargo sabía que el no podía dar la cara, su nombre estaba manchado, además del fracaso migratorio, era considerado un “subversivo anarquista” y esto en tiempos en que imperaba en Italia el Rey Guglielmo III de la casa de los Saboya y hacía imposible que Italia le autorizara a hacer una nueva migración hacia Chile.
Nicosia estaba en Valparaíso, se había rodeado de la alta sociedad italiana Chile, y estaba en busca de un socio que tuviera la prestancia, el capital y la osadía para enfrentar la aventura de traer un grupo de agricultores italianos a colonizar el sur de Chile.
Fue en ese entonces cuando conoció a Giorgio Ricci, un italiano que buscaba buscando nuevos desafíos en Chile.
Pronto se convirtieron en socios y ya en Agosto de 1903, la Sociedad Nuova Italia Ricci. Hermanos y Cía (la Compañía era, por supuesto, Salvatore Nicosia) estaba creada y los trámites con el gobierno de Chile ya realizados. El terreno escogido correspondía un sector en los faldeos de la Cordillera de Nahuelbuta en las cercanías de Lumaco, el objetivo traer 100 familias de colonos hortelanos italianos. De ese modo Giorgio viaja a Italia con el propósito de traer consigo 30 familias de agricultores, para lo que comienza entusiasmando a sus familiares y amigos, haciéndoles ver de las ventajas que podrían suponer el dejar su tierra para venir a Chile a fundar lo que sería la “Nueva Italia”.
La Sociedad Nueva Italia les ofrecía por contrato grandes terrenos, animales y el pasaje, cosas que eran maravillosas para estos pobres agricultores de una tierra dividida y desgastada en un país que se empobrecía, mientras crecían rivalidades políticas tanto internas como con países vecinos.
Alberto Ricci, hermano y Socio de Giorgio se quedó en Chile mientras Giorgio viajaba en busca de los colonos, estuvo a cargo de la construcción que albergó a los colonos en sus inicios. Alberto era menos mediático, era más querido y residió en Capitán Pastene hasta el fin de sus días.